Seis equipos, seis ciudades, seis aficiones; Mallorca, Real Sociedad, Osasuna, Getafe, Deportivo y Zaragoza, en total dos millones y medio de corazones latiendo con un mismo objetivo, un mismo fin, la permanencia en Primera División. Cinco de los equipos lograrán su objetivo, al sexto le esperará, como poco, un año en el infierno, la Segunda División, ese pozo sin fondo, ese agujero negro en el que uno sabe cuándo entra, pero nadie conoce el momento de salir. Para cualquiera de los seis será muy doloroso, terrible para todos los que orgullosos muestran sus colores allá donde van, pero para algunos, como el Mallorca o el Zaragoza puede ser un descalabro total, el camino a una quiebra económica devastadora para dos históricos en problemas. El Mallorca no disputó la Europa League esta temporada por una queja del Villarreal, una queja fundamentada en las deudas de los bermellones, y el Zaragoza se halla inmerso en un litigio con el Getafe, al que adeuda el pago de Uche.
Para estos dos conjuntos el descenso sería catastrófico, y para los otros cuatro, una fatalidad. Todos, los seis se la juegan el sábado a las diez de la noche, el todo o nada, permanecer en la mejor liga del mundo o bajar a las catacumbas. Todos dependen de sí mismos, lo que hace más duro si cabe un descenso. Noventa minutos, demasiado poco tiempo que vale más que los otros 37 partidos, si bien, el que baje lo hará por toda la temporada, no por un partido.
Cinco únicos partidos son los que deciden todo, cinco imprevisibles encuentros en los que cualquier cosa puede pasar, y de los que posiblemente salgan llorando seis aficiones, cinco de ellas de alegría y tensión, la otra de pena, al sentir que una parte de ellos se va a la Liga Adelante.
Un partido es el Levante – Zaragoza. Los valencianos tienen la permanencia asegurada, muchos les acusan de que se dejarán perder y algunos han llegado a decir que apostarían toda su fortuna por un triunfo del Zaragoza. Todo ello, si no se demuestra lo contrario, son meras especulaciones, por lo que el Levante saldrá a jugar y el destino dictará lo que tenga que dictar. Los maños son los que aparecen más en las quinielas del descenso y necesitan ganar si o si, aunque con un empate les podría valer.
Otro de los encuentros es el Osasuna – Villarreal. Los navarros, tras las remontadas ante Zaragoza y Sevilla parecían tener todo de cara, pero la derrota ante el Getafe les ha metido de nuevo en la pomada. A los rojillos les vale con un empate, y tradicionalmente han cosechado buenos resultados ante los castellonenses, pero no pueden confiarse. Los visitantes llegan con la temporada hecha y sin ningún deber, por lo que parece probable que Osasuna se salve.
Otro de los duelos será el Deporivo – Valencia. Un partido con cuentas pendientes por aquel penalti que falló Djukic hace unos años. Los coruñeses marcan la salvación con 43 puntos y para asegurarse deben ganar a un Valencia que no se juega nada.
Mallorca – Atlético. Con entradas a un euro, así ha llamado el Mallorca a su gente para que pueble las
gradas del Iberostar Estadio. El Mallorca es el que mejor lo tiene, y sólo una carambola le puede mandar a Segunda. El Atlético se juega el tener descanso en verano, por lo que saldrá a por todas y el partido presenta un pronóstico incierto.
Real Sociedad – Getafe. Este partido es el más dramático de todos, es el único enfrentamiento directo. Dos equipos separados por un punto, con los getafenses un punto por encima del descenso hacen de este partido el más espectacular de la jornada. A los locales les salva un empate, pero los azulones tienen que salir a ganar para no sufrir y olvidarse de las combinaciones.
En estos cinco duelos se definirá el equipo que acompañará a Hércules y Almería en su periplo por los infiernos, cinco duelos repletos de tensión, emoción, alegrías, penas… En fin, cinco duelos para la supervivencia.